Apple, esa gran empresa de moda
Este artículo fue originalmente publicado en la revista digital Oblicuo
En muchos aspectos, Apple siempre se ha parecido a una empresa de alta costura. El proverbial cuidado por los detalles, la impecable experiencia de unboxing y la consagración de tiendas icónicas en lugares emblemáticos de las capitales de todo el mundo bien da muestra de ello. En los últimos años, este acercamiento al mundo del lujo y de la moda no ha hecho más que crecer: la pasarela Burberry de 2013 se grabó íntegramente con un iPhone 5s, y poco después la propia presidenta de Burberry, Angela Ahrendts, cambió la lluviosa Londres por la soleada California para convertirse en la vicepresidenta de Retail de Apple, uniéndose a varias contrataciones de perfiles relacionados con la moda que Apple llevó a cabo durante todo 2013 y 2014.
La razón de todo esto ahora es bien clara: a finales de 2014 Apple presentaba al mundo su propio reloj inteligente, el Apple Watch, el que es sin duda el primer producto donde el estilo tiene tanto o más peso que la tecnología. Con su enorme variedad de acabados y correas, elaboradas en materiales como piel italiana o acero de primera calidad, Apple nunca ha ocultado el posicionamiento del Apple Watch como un accesorio de moda, casi tanto o más que como un producto de tecnología. Y por si quedaba alguna duda, los primeros anuncios del producto lo dejaban claro: gente guapa, estilismos cuidados al detalle y localizaciones idílicas por todas partes del mundo donde los usuarios se veían usando el reloj. El anuncio Rise podría ser perfectamente un reel de una casa de alta costura anunciando su temporada otoñal:
Tras esta primera oleada de anuncios Apple cambió a un enfoque más tecnológico, haciendo énfasis en la enorme variedad de apps disponibles para el reloj, con composiciones abrumadoras y cargadas de contenido para dejar clara la versatilidad del producto. Sin embargo, tras elaborar tres o cuatro anuncios de este estilo, Apple ha retomado el enfoque estético en una serie de anuncios que sin duda son lo más cercano a un anuncio «de moda» que la compañía de Cupertino ha hecho nunca. Con un estilo colorido y minimalista, cada uno de estos spots hace énfasis en una única función del reloj, contando una brevísima historia y mostrando cómo el Apple Watch encaja en diversos momentos de nuestro día a día.
Más allá del inteligente planteamiento estratégico, llama la atención la estética onírica con escenarios irreales, la ligera exageración dramática de los actores y el golpe de color que distingue a cada anuncio y que parece rendir homenaje a los icónicos anuncios del iPod que mostraban siluetas bailando sobre un fondo plano. Mucha gente (entre los que no me incluyo) aún pone en entredicho la utilidad real del Apple Watch , pero nosotros tenemos una cosa clara: sus anuncios nos encantan.